El reto de generar electricidad sin utilizar combustibles fósiles presenta la problemática que a mayor proporción de energías renovables en el mix energético, mayores son las fluctuaciones de generación eléctrica que varían según la hora, el día y la estación.
Para compensar estas fluctuaciones la red de energía necesita descentralizar los sistemas de almacenamiento y acumular el excedente de electricidad para liberarlo cuando las fuentes renovables no puedan producir la suficiente energía para cubrir la demanda.
Un equipo de expertos de Siemens Corporate Technology ha convertido este reto en su especialidad, y es que se necesitan soluciones capaces de convertir la electricidad en otro tipo de energías que puedan almacenarse, como el calor, el frío, el hidrógeno o sustancias químicas. La electrólisis ha sido el instrumento clave.
Debido a su alta densidad de potencia, las formas de almacenamiento de sustancias químicas son la mejor forma de conseguir el mayor uso del excedente de electricidad, explica Maximilian Fleischer, a cargo de los desarrollos de sistemas de almacenamiento químico en el departamento de Schnettler. Su equipo trabaja en los procedimientos de electrólisis para convertir la electricidad procedente de energía renovable en sustancias químicas necesarias, como el monóxido de carbono, el etileno o los alcoholes.
La electrólisis ofrece nuevas oportunidades de negocio para Siemens: por un lado facilita la expansión de las renovables, y por otro, al poder alimentarse del dióxido de carbono procedente de la emisión de gases, se reduciría el uso de petróleo para la fabricación de combustible o productos químicos.
Las baterías capaces de almacenar grandes volúmenes de electricidad se han desarrollado mucho en los últimos años. Siemens tiene diferentes formas de almacenamiento como las baterías modulares Siestorage. Se trata de un almacenamiento de energía a través del revolucionario Caterva, que permite que los hogares puedan tener sistemas de paneles solares y poder alquilarlos como área de estacionamiento eléctrico.
Otra forma de almacenamiento de la energía es transformándola en calor. Una idea que no es nueva, pues hace 60 años ya había calderas de almacenamiento nocturnas que se calentaban utilizando las horas electricidad de la noche por ser más económicas, y después se liberaba el calor poco a poco durante el día. Este sistema se desechó con la llegada de la calefacción central de gas y petróleo como medio más eficiente para la generación de calor.
Pero con la transición a un nuevo mix energético este concepto ha resurgido, si el calor se genera utilizando el excedente de energía renovable, aunque se necesitaría un gran número de sistemas descentralizados conectados entre sí y coordinados. Siemens Corporate Technology ya está desarrollando una bomba de calor de alta temperatura capaz de abastecer distritos urbanos con calor.
La electricidad también puede ser almacenada de forma más duradera utilizando la síntesis química para generar combustible, aunque con pérdidas considerables de energía. Por ejemplo, un proceso de electrólisis puede convertir el agua y la electricidad generada de fuentes renovables en hidrógeno. El hidrógeno a su vez puede convertirse para generar calor o puede ser corriente eléctrica por medio de una pila de combustible. También el hidrógeno unido al dióxido de carbono puede dar lugar a metanol, lo que podría ser un combustible limpio para su uso en automóviles.
06/Setiembre/2016
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