Maluku, la provincia oriental de Indonesia, está formada por 1.422 islas y unas 1.200 aldeas. La pesca y la producción agrícola constituyen la base de la economía de la provincia, incluyendo una parte considerable de la nuez moscada del mundo. Pero el acceso a los mercados y a la energía es un desafío para casi todos los 1,7 millones de habitantes de Maluku. Esto representa una gran oportunidad para el despliegue de la microgrid, así como un desafío operativo para mantener el sistema en ubicaciones extremadamente remotas.
El enfoque del equipo en este mes es Pulau Tiga, una comunidad de 60 hogares y un pequeño hotel que actualmente depende de un generador diesel que funciona 12 horas al día.
Mauricio Solano-Peralta, ingeniero en energías renovables de Infratec Ltd., y sus colegas identificaron este proyecto como un punto de partida ideal, ya que la infraestructura de la red ya estaba en funcionamiento, en condiciones de servicio, y el sitio estaba «muy cerca» de las oficinas principales de la empresa eléctrica, a sólo 2 horas en coche y 30 minutos en barco. Mauricio se maravilla a la distancia y explica que es, de hecho, el sitio del proyecto más cercano de la organización.
«Nos dimos cuenta de que era una gran oportunidad para establecer un proyecto que estaba relativamente cerca, y en el cual podíamos establecer protocolos de mantenimiento operativo con la empresa de servicios públicos. Esperamos establecer protocolos con este proyecto para asegurarnos de que se proporcione el mantenimiento adecuado y que se incorporen capacidades locales para el mantenimiento a largo plazo».
Mauricio explica que una vez que su equipo completa las evaluaciones iniciales, usan el programa Homer Energy para modificar variables y simular varias posibilidades de generación. Luego seleccionan cinco diseños de sistema diferentes de los modelos de simulación para discutir con los socios: normalmente un modelo que incluye 12 horas de energía generada con diesel, otro con 24 horas de energía generada con diesel, un sistema fotovoltaico sin batería y tres sistemas fotovoltaicos con diferentes niveles de generación y almacenamiento de energía.
Según Mauricio, el aspecto más satisfactorio de su trabajo es experimentar el efecto que la electrificación tiene en las comunidades rurales. «Es muy gratificante una vez que una instalación se junta. Por un lado, tiene un impacto masivo en el bienestar social de la comunidad en torno a la reducción del costo de la energía y la provisión de acceso a la energía. En muchos casos, las microgrids basadas en energías renovables proporcionan la electricidad necesaria para alimentar clínicas, escuelas y eventos culturales y sociales. Tienen un impacto positivo en los medios de vida locales, desde ayudar a los pescadores a pequeña escala a refrigerar sus capturas hasta proporcionar puestos de trabajo y mejorar la salud económica de toda la comunidad. Estas son todas las consideraciones que buscamos incluir en las evaluaciones».
El equipo de Mauricio, y su socio local Mercy Corps Indonesia, participan actualmente en más de 40 sitios a través del Programa de Acceso a la Energía Renovable de Nueva Zelanda-Maluku (NZMATES), en colaboración con la compañía eléctrica indonesia Perusahaan Listrik Negara (PLN), la Dirección General de Energías Renovables y Nueva Conservación de la Energía (EBTKE), el Ministerio de Energía y Recursos Minerales (ESDM), y el Ministerio de Relaciones Exteriores y Comercio de Nueva Zelanda (NZ MFAT), en calidad de donante del programa. Mauricio y sus colegas también trabajan junto a una red local dedicada de especialistas técnicos y sociales, así como otro personal de apoyo, con base en la oficina de campo de Mercy Corps Indonesia en Ambon, Maluku.
19/Noviembre/2019
Laura Sánchez
www.microgridnews.com
