Los amortiguadores de un coche en una carretera llegan a alcanzar entre 100 y 125º C, temperatura que se pierde emitiendo calor a la atmósfera.
Las suspensiones activas incorporan amortiguadores que mediante un sistema de giro, recuperan la energía que se pierde llevándola a un pequeño generador de corriente, y es almacenada en baterías que ayudan al coche a mantener encendidos equipos auxiliares [equipos de sonido, sistemas GPS, techo solar, elevalunas eléctricos, etc]; así no gastan de la batería principal del coche y ésta no necesita estar continuamente cargándose, con lo cual se ahorra combustible.
Esta energía que se obtiene de los amortiguadores también se utiliza para devolvérsela a ellos y así alimentar un sistema de suspensión activa sin necesidad de fuente externa de energía.
En los últimos años, Audi ha venido testeando su eRot y cuantifica oficialmente la recuperación energética, que sitúa entre los 100 y 150 vatios de media a través de las pruebas realizadas en carreteras alemanas. En cuestión de emisiones de dióxido de carbono, hablan de una reducción de tres gramos por kilómetro.
11/Agosto/2016
Jaime Ramos Lucas
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