Avanzamos hacia una sociedad digital a un ritmo frenético: Las nuevas tecnologías e Internet no solo influirán en la economía sino también en el sector energético.
Es una de las principales conclusiones de la jornada “La Transformación Digital en el Sector Energético”, organizada por la Fundación Alternativas. “España está por debajo de la media de los países europeos en digitalización pero crece a un ritmo muy superior, y es que el avance hacia una sociedad digital es una condición imprescindible del mercado único europeo, y nos encamina hacia el Internet de las cosas, todo un área de desarrollo que tiene que ver con las casas inteligentes, el cuidado de la salud, el bienestar, el smart facturing [fabricar de otra forma], las smart cities, los coches automatizados y el smart energy, donde se incluyen los contadores digitales, las centrales teledirigidas, las redes inteligentes, etc”, señala Juan Manuel Eguiagaray, patrono de la Fundación
La energía es un vector de digitalización y desarrollo, sin embargo también conllevará un cambio en el ámbito laboral. El uso de herramientas digitales permitirá aumentar la productividad de cada persona empleada, haciendo mucho más eficiente las labores de mantenimiento. La Comisión Europea calcula que en 2020 habrá alrededor de 756.000 puestos de trabajo no cubiertos por falta de personal con los conocimientos necesarios, pero a su vez se perderán unos 7 millones de empleos no especializados.
Más aún el paquete de invierno de la UE aunque pone el énfasis en las energías renovables, lo hace sobre todo en la eficiencia energética. De los 900.000 nuevos puestos de trabajo que se crearían con el nuevo modelo energético, unos 400.000 serían para el desarrollo de la eficiencia, un área útil por los efectos directos e indirectos.
“El nivel de digitalización de la industria eléctrica ya es muy alta, hace más de 10 años que la producción la tiene incorporada, por ejemplo, en la automatización de las centrales hidráulicas o de los parques eólicos, todo se hace desde los centros de control. Esto tiene una consecuencia directa en el empleo y la eficiencia al no necesitar tantos operarios, el empleo ha caído un 40% y los trabajadores han tenido que realizar un altísimo reciclaje para adaptarse a los nuevos puestos de trabajo, con un elevado nivel de conocimiento y especialización”, explica Federico de la Hoz, director de la Fundación Iberdrola España.
Pero también se está digitalizando la gestión y la distribución eléctrica. “Se ha llegado a tener una precisión casi exacta de lo que se va a producir al día siguiente, y la coordinación de las distintas tecnologías es muy alta, al igual que se ha digitalizado la parte financiera, la relación oferta/demanda, el trading, los mercados, y la automatización de la distribución es cada vez mayor, más todavía cuando se incorporen los más de 20 millones de contadores digitales y se desarrolle la telegestión”, añade de la Hoz.
El siguiente campo a desarrollar, por tanto, es el del área del consumidor final. “El cliente está modificando su manera de relacionarse con la empresa y están cambiando sus exigencias, cada vez se conecta más con el servicio de atención al cliente a través de las APP, sobre todo por información o dudas sobre su factura, pero también a través de las redes sociales, y con los nuevos contadores ahora tenemos 24 precios de consumo cada día, no se puede entregar esa información al cliente porque sería un informe no una factura, pero sí se le puede asesorar o informar sobre cómo puede gestionar mejor su consumo para conseguir cierto ahorro en la factura”, explica David García Moreno, responsable del Plan de Transformación Digital de ENDESA
A través del móvil, ENDESA está desarrollando una APP para avisar al cliente de los precios de la electricidad en el pool y alertarle lo antes posible, para que pueda desplazar sus hábitos de consumo y tener cierto control sobre la factura.
Pero en los próximos años, la tecnología irá más allá y abarcará otros sectores, como el del vehículo eléctrico o la domótica, y las eléctricas también se están adaptando para estos nuevos nichos de negocio.
Producción, transmisión y distribución, consumo… ¿qué papel jugará la regulación? “A día de hoy hay un consumidor 3.0 y una industria eléctrica 4.0, la tecnología está disponible, pero la regulación en España es estática, rígida y unidireccional, todavía está en el primer nivel o en el menos uno”, añade Andrés Seco, de la Fundación Renovables.
“Si algo describe ese futuro digital es su condición volátil, incierta, compleja y ambigua [como diría el acrónimo inglés VUCA], y van a convivir múltiples modelos energéticos, generación distribuida, red eléctrica, autoconsumo… cuyo desarrollo dependerá de la regulación”, señala Santiago Blanco, director de DNV GL Iberia y miembro de FutuRed.
En definitiva, el sector eléctrico del futuro tendrá a su alcance un gran banco de datos y su gestión, que deberá estar regulada y controlada, con un suficiente nivel de privacidad y que evite los ciberataques, beneficiará al prosumer, al productor y al consumidor, “aunque la digitalización debería permitir que la electricidad, al final, sea más barata”, concluye Blanco.
15/Febrero/2017
Laura Ojea
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