Fatih Birol, Director Ejecutivo de la Agencia Internacional del Medio Ambiente, distinguidos delegados y amigos.
Hoy en día, cientos de millones de personas luchan contra la pobreza energética. Por ejemplo, una de cada diez personas carece de electricidad para iluminar sus hogares, refrigerar sus alimentos o mantenerse fresca cuando las temperaturas aumentan. Esto es una vergüenza global en un mundo que disponde de tecnología para proveer a todos de energía durante muchas décadas.
Por ello, debemos proporcionar equidad energética y conectividad para todos, como hemos prometido en los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Pero también debemos reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, de lo contrario, estas mismas personas serán las que más sufran en una Tierra invernadero.
Compromiso verde: avances y desafíos
Los compromisos de cero emisiones están creciendo. Pero todavía estamos atrasados con respecto a los objetivos del Acuerdo de París. Al mismo tiempo, impulsados por el crecimiento de la población, el aumento de la riqueza y el calentamiento del planeta, se añadirán miles de millones de nuevos aparatos al parque mundial de aquí a 2050.
Para garantizar que el aumento de la demanda de energía no permita que las emisiones de gases de efecto invernadero se descontrolen, tenemos que dar prioridad a las energías limpias y renovables. Pero esto debe ir acompañado de esfuerzos concertados para mejorar la eficiencia energética de todos los aparatos y edificios que consumen energía.
Aumentar la eficiencia energética es una medida importante a corto plazo para reducir la demanda de energía mientras nos pasamos a las renovables. Asimismo, es una medida crucial a largo plazo para evitar que la demanda supere a la oferta cuando la red mundial funcione con renovables. Puede ayudarnos a reconstruir nuestras economías más verdes y vibrantes después de COVID-19.
Según la Agencia Internacional de la Energía, la modernización de la eficiencia de los edificios y la construcción de edificios nuevos eficientes pueden crear entre 9 y 30 puestos de trabajo por cada millón de dólares de gasto. Y, por supuesto, el suministro de energía limpia y eficiente reducirá la pobreza y la contaminación atmosférica, ayudará a la educación y a los medios de subsistencia y proporcionará muchos otros beneficios sociales.
El rol del sector estatal y privado
Los beneficios están al alcance de la mano. Si adoptamos políticas eficaces, podemos acabar con la pobreza energética y hacer que la matriz energética sea respetuosa con el clima en una sola generación.
Ya estamos en camino de alcanzar estos objetivos. Muchos países ya están actuando.
Ruanda fue la primera economía en desarrollo que empezó a aplicar un Plan de Acción Nacional sobre Refrigeración Sostenible. Ghana lanzó recientemente un mecanismo financiero que apoya la compra de productos de refrigeración altamente eficientes. Pakistán aplicó recientemente sus primeras normas mínimas de rendimiento energético obligatorias, o MEPS, para los productos de iluminación.
Sin embargo, muchos países están todavía por detrás de la curva. Para salvar la brecha política, la Iniciativa Unidos por la Eficiencia del PNUMA trabaja con los gobiernos, los centros regionales, las organizaciones internacionales, el sector privado y las ONG en enfoques políticos integrados que fomentan los mercados de equipos energéticamente eficientes. Dichos enfoques combinan los PEM, el etiquetado y los programas de divulgación al consumidor, los nuevos mecanismos de financiación y las consideraciones medioambientales y de salud.
Hay muchos caminos para llegar a la cima de la montaña de la eficiencia energética. La hoja de ruta de la Alianza Mundial para los Edificios y la Construcción (GlobalABC) (2020-2025) puede ayudar a los países a alcanzar edificios con cero emisiones netas de carbono.
Los gobiernos y las empresas pueden adoptar la compra verde, contratando sólo los productos y servicios más ecoeficientes, ahorrando miles de millones de dólares cada año en el proceso.
Como ejemplo, el PNUMA está apoyando a los gobiernos de Camboya y Vietnam en la elaboración de hojas de ruta nacionales. En la India, apoyamos las directrices de contratación ecológica para las unidades de aire acondicionado, y la elaboración de mapas de calor, con miras a una estrategia más amplia de desarrollo urbano sostenible.
Esfuerzo colectivo, clave para la ruta de la sostenibilidad
En efecto, la sostenibilidad energética no puede lograrse sólo a nivel nacional. Tenemos que trabajar juntos para enviar señales efectivas a los consumidores y a los fabricantes para que aumenten la eficiencia.
La energía baja en carbono y la eficiencia energética deben perseguirse conjuntamente, no de forma independiente, como ocurre en muchos países y regiones. La armonización regional de las normativas es una poderosa vía para lograr una alta eficiencia: reducir las barreras comerciales, ampliar el tamaño de los mercados y reducir los precios.
Disponemos de plataformas para aumentar la coordinación, como la Cool Coalition, el Global ABC y las iniciativas de despliegue de equipos y aparatos supereficientes del G20. A través de la Campaña de Transición Energética, el PNUMA también se complace en trabajar con la AIE y el Reino Unido para poner la eficiencia energética en el punto de mira mundial en la 26ª Conferencia de las Partes de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26).
Los beneficios de la inversión en energía sostenible y eficiente son demasiado numerosos para ser ignorados. Para aprovechar todos los beneficios, tenemos que actuar de forma urgente, ambiciosa y conjunta. Al hacerlo, podemos aportar un cambio real y positivo para nuestro planeta, al tiempo que mejoramos la vida de miles de millones de personas.
Gracias.
Inger Andersen
Directora Ejecutiva
Referencia:
Andresen, I. (30 de marzo de 2021). Investing in energy efficiency: towards sustainable energy for all. UN environment programme. Recuperado de https://www.unep.org/news-and-stories/speech/investing-energy-efficiency-towards-sustainable-energy-all